Siendo el primer artículo que publico en el blog de mi página web, qué mejor manera que empezar con una presentación del lugar donde tengo la suerte de vivir actualmente.
Vivo dentro del núcleo urbano llamado la Estación de Gaucín-El Colmenar, aunque sus vecinos prefieren que se conozca como la Estación de Gaucín. así que cada vez que mencione este lugar, haré referencia a la Estación.
Con no más de unos 450 habitantes aproximadamente, el núcleo de la Estación se sitúa en un lugar privilegiado, dentro del Parque Natural de Los Alcornocales, en la provincia de Málaga. Se localiza de manera muy cercana a otros espacios naturales como PN de Grazalema, Valle del Genal, Serranía de Ronda o Sierra Bermeja, por lo que se pueden encontrar diferentes territorios nada más salir de aquí, donde cada uno de ellos concentra unas peculiaridades o características únicas.
¡¡Hablemos del Parque Natural de los Alcornocales!!
Podemos decir, según las características que presenta este espacio natural, que nos encontramos con una de las últimas selvas europeas; y sí, no es una exageración, ya que una selva la denominamos como un espacio natural donde existe un bosque denso de gran biodiversidad, provocado por una alta elevación de precipitaciones. En este caso, dada su situación geográfica entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, y las fuertes corrientes que se generan en el estrecho de Gibraltar, se cumplen todos los requisitos para que se den las condiciones apropiadas para la formación de este tipo de ecosistemas.
Los suelos arenosos ácidos y las elevadas precipitaciones son los responsables de que aquí se haya desarrollado uno de los alcornocales más extensos no de España, sino del mundo. ¡Un auténtico tesoro natural!
Tenemos que destacar uno de los ecosistemas más fascinantes que podemos encontrar dentro del parque, valles estrechos y profundos denominados canutos. En él, podemos encontrar especies de flora de la era Terciaria. Como oyes, especies que existían hace 65 millones años, y que hoy en día la consideramos como fósiles vivientes.
¿Pero cómo pudo suceder esto? Pues os lo explico de manera muy resumida para aquellos frikis de estos temas. Las glaciaciones del Cuaternario terminaron con las selvas europeas. Cuando los hielos volvieron a retroceder, el clima seco del mediterráneo impidió que este tipo de bosques volviesen a recuperar su extensión. Sin embargo, en las provincias de Cádiz y Málaga se extiende este bosque subtropical del Parque Natural de Los Alcornocales, que logró sobrevivir a ese fenómeno climático.
Las estaciones más lluviosas suelen ser otoño-invierno-primavera, que viene muy bien para refrescar el monte e hidratar los acuíferos. Pero si algo destaca en el sur de Andalucía, son las altas temperaturas en verano. Por lo tanto, nuestros ecosistemas, como en el caso del alcornocal, han tenido que adaptarse a estas extremas temperaturas y los peligros que conlleva.
Como bien hemos dicho antes, una característica de esta selva de alcornocal es la frondosidad, convirtiéndose en verano en un peligroso combustible para el fuego. De manera natural, antes de que el ser humano jugara con el fuego como hace hoy en día, existía el riesgo de incendio por tormentas eléctricas, y aunque fuera poco frecuente, en aquel entonces no había bomberos, por tanto, tuvieron que evolucionar. ¿Cómo? Pues el alcornoque se protege del fuego gracias a su corteza, “el corcho”. Su nombre científico Quercus suber, epíteto específico que nos dice que la suberina es uno de los componentes que debemos destacar en la corteza de esta especie, protagonista de la creación de una corteza capaz de aislarse del fuego. Un alcornoque puede sobrevivir a un incendio gracias a esta protección natural.
Como veis es un lugar mágico, único y con una biodiversidad extraordinaria, el lugar perfecto para un loco por la fotografía de naturaleza como yo.
Son ya tres años los que llevo aquí, justamente desde el día 5 de febrero de 2018. Sin duda es uno de los lugares que más me ha atrapado, por su gente, su cultura, su historia, su entorno… Como todo en la vida, se pasan momentos malos y momentos buenos, y hasta ahora lo bueno gana con creces a lo malo.
A pesar del tiempo que llevo y de lo que conocía antes de llegar aquí, me sigue sorprendiendo lo que se puede encontrar en este lugar: cascadas impresionantes, flora única en el mundo, una fauna de las más diversa, y lo que es mejor, rincones que desprenden historia en todas y cada una de esas rocas que fueron de sustento para el hogar de tantas familias, que antes vivían día a día con lo que el monte les daba.
Paisajes, mamíferos, aves, flora, cielos… infinidades de cosas que vuelven loco a cualquier apasionado de la naturaleza y la fotografía. En este lugar se respira aire puro, se vive la tranquilidad y se ama nuestro verdadero ser, un espacio que, como muchos otros, son sensibles a la mano del hombre, por ello debemos cuidarlo y respetarlo. Yo al menos haré lo que esté en mi mano, y mientras tanto mis ojos serán un reflejo de aquella belleza que encuentre en cada rincón lleno de vida para mostrarlo al mundo.